Acaba de llegar a mis manos lo que tal vez sea el 'juguete' más caro y entretenido que jamás haya tenido. Ayer me llegó directo desde Japón mi nueva Epson Stylus Pro 7800. Nuevecita de paquete. Es una bestia que imprime hasta 61 cm de ancho por lo que se les ocurra de largo, metros incluso. La calidad de imagen es absolutamente top, de lo mejor que se produce en el mundo en este momento. Es literalmente la crème de la crème en impresión fotográfica digital de gran formato. Si bien no es la más grande del mercado- su hermana mayor la 9800 es capaz de imprimir a 111 cms de ancho- en calidad no le gana ninguna.
Además su nuevo sistema de tintas es asombrosamente estable en el tiempo. Las impresiones pueden durar potencialmente mucho más que las tecnologías análogas que reemplaza. Fácil sobre los cien años las fotos en color y casi los doscientos las BN.
Calidad de imagen, tamaño, duración. No se puede pedir más (bueno, si, pero... me hace recordar aquel disco de los 4 Non Blondes; Bigger, Better, Faster, More. ¿Alguien los recuerda?).
Ahora viene lo entretenido. Las fotos que aparecen junto a ella son ampliaciones que hice con su hermana mayor la 7600. Mismo tamaño pero mucha menos velocidad de trabajo y no la misma calidad o duración. Tuve acceso a ella por alrededor de dos años y, sinceramente, no supe aprovecharla correctamente. Esta vez la cosa es en serio. Tengo planes, grandes planes, que involucran las maravillas que puedo hacer con esta super máquina. Tanto en lo artístico como en lo comercial.
Ya verán.
Emilio
